La tercera causa de lesión en las rodillas son las lesiones
de ligamentos. Estos son haces de fibra de colágeno que tienen como función
limitar el desplazamiento de la articulación evitando dañar las articulaciones.
Los principales ligamentos de la rodilla son:
- Lateral interno (previene el valgo de la rodilla).
- Lateral externo (previene el varo de la rodilla).
- Cruzado posterior (impide el desplazamiento de la rodilla).
- Cruzado anterior (impide el desplazamiento de la tibia y proporciona estabilidad).
Lesión ligamento
lateral y externo o colaterales.
Son los estabilizadores de la rodilla para mantenerla
alineada y evitar lesiones o deformaciones en la pierna. El ligamento lateral
interno es ancho y se origina en la parte interna del fémur (epicóndilo medial)
hasta la parte medial de la tibia y unido también a la capsula articular de la
rodilla. Cuando se lesiona este ligamento se tiende a confundir y/o se asocia a
una lesión en el menisco interno.
El ligamento lateral externo por el contrario es
cilíndrico uniendo el fémur y cabeza de
peroné por la parte externa. Cuando hay una lesión en este ligamento no suele
afectar al menisco ya que está alejado de la cápsula articular.
Estas lesiones son producidas normalmente por traumatismos
directos o indirectos. A partir, de la lesión se pueden clasificar en tres
grados.
- Esguince grado I o leve que es una lesión parcial o distensión de este.
- Esguince grado II o moderado donde hay la rotura de algunas fibras.
- Esguince grado III donde hay una rotura del ligamento.
Dependiendo del grado de lesión habrá más o menos dolor e
inestabilidad en la zona, por ello es importante realizar los exámenes
correspondientes con el especialista para así poder realizar un adecuado
tratamiento.
Los ligamentos colaterales son estructuras que cicatrizan
muy rápido por ello, rara vez necesitan cirugía. Dependiendo del grado que haya,
habrá un tratamiento u otro.
En la fase aguda de la lesión del ligamento, en los grados I
y II con reposo, aplicando hielo y descargando la zona con elevación e
inmovilización de la pierna ya es suficiente. Cuando existe un grado III es
importante colocar una órtesis inmovilizadora y/o escayola. Más adelante, en los grados I y II se
realizaran ejercicios pare recuperar movilidad y cargar de forma inmediata
(siempre dependiendo del dolor). En las lesiones graves es recomendable la
utilización de muletas durante unas semanas.
Lesión ligamento
cruzado posterior
Este ligamento constituido por dos fascículos, es el
principal estabilizador de la rodilla situado en la cara posterior de la
rodilla y centro haciendo una “X” entre ellos. Su función es la de limitar el
movimiento entre el fémur y la tibia, limitando también la rotación de la
rodilla junto con el ligamento cruzado anterior.
Este se puede lesionar por traumatismos directos en la parte
de delante de la rodilla (anterior) que causa una hiperextensión (recurvatum) o
por impacto directo en la tibia cuando la pierna esta flexionada, provocando la
distensión del ligamento.
Cuando el ligamento cruzado posterior se lesiona la persona
puede presentar una hinchazón y/o dolor en la zona posterior de la rodilla
(atrás). En el estado agudo, la persona
no podrá reanudar la marcha en algunas ocasiones. Posteriormente, puede haber
una sensación de inestabilidad en la rodilla sobre todo cuando se realiza
ejercicio físico.
Una exploración adecuada por el especialista permitirá ver
la lesión que se ha producido o si hay lesiones asociadas para poder realizar
el tratamiento. En la mayoría de casos el tratamiento es conservador, es decir,
mantener un apoyo parcial con inmovilización durante unas semanas seguido de la
rehabilitación. Después de este periodo de tiempo se verá el grado de
inestabilidad que tiene la rodilla.
En algunos casos se interviene quirúrgicamente cuando existe
una inestabilidad importante o en deportistas de alto nivel.
Lesión ligamento
cruzado anterior
Como el ligamento cruzado posterior está constituido por dos
fascículos, situado en la cara anterior de la articulación de rodilla, evitando
que la tibia se deslice hacia fuera frente al fémur.
Las lesiones del ligamento cruzado anterior pueden
producirse por un golpe fuerte en el lateral de la rodilla, por realizar una
hiperextensión de la rodilla, hacer cambios bruscos como son los cambios de dirección
mientras corremos, saltar, entre otros. Estas lesiones normalmente aparecer
acompañadas de rupturas del ligamento lateral y del cartílago.
Los síntomas que aparecen cuando existe una lesión de este
tipo es una inflamación de la rodilla (normalmente a las 6 horas después de la
lesión), dolor (en especial cuando apoyamos nuestro peso en la rodilla) y sensación
de inestabilidad.
Cuando esto ocurre es recomendable ir de inmediato al médico
para que pueda realizar las pruebas correspondientes y dar un tratamiento
adecuado.
La persona con la lesión puede necesitar muletas para
caminar hasta que la hinchazón y el dolor mejore, rehabilitación para mejorar
el rango articular y el tono muscular y/o cirugía para la reconstrucción del
ligamento cruzado anterior.
Escrito por Ortopedia Inse
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