La rodilla es una de las zonas más complejas del cuerpo
humano compuesta por tres huesos (fémur, tibia y rótula), siendo los dos
primeros huesos la articulación que soporta mayor peso corporal y el último que
ejerce una función de polea sobre ellos realizando la flexo-extensión de la
rodilla, siempre con ayuda de los cartílagos, músculos, ligamentos y tendones
que ayudan a la rodilla a cumplir las funciones tan necesarias como son el
caminar, correr, agacharse, saltar, etc.
Las lesiones son comunes en hombres, mujeres y niños, es
decir puede sucederle a cualquier persona por igual, ya que son provocadas por
golpes o movimientos bruscos y/o por desgaste. Las más frecuentes son las
lesiones de los meniscos, la luxación de la rótula y las lesiones de los
ligamentos, por ese orden, pero existen muchas.
Lesiones de meniscos
Existen dos meniscos en forma de “C” en la articulación de
rodilla formados por una estructura cartilaginosa, situados entre el fémur y la
tibia. Su función es aumentar la profundidad de la superficie de contacto entre
estos huesos, mejorando así la estabilidad de la rodilla, la absorción de
impactos e incluso evita la fricción entre ambos.
De los dos meniscos el que con más frecuencia se lesiona es
el externo ya que tiene más movilidad que el interno.
Estas lesiones pueden aparecer a cualquier edad pero las
causas serán diferentes entre jóvenes, adultos y/o personas mayores. Las causas
en personas más jóvenes normalmente están relacionadas por la práctica de
deportiva, generalmente por el resultado de un traumatismo importante.
En personas mayores, las causas cambian ya que el menisco se
va degenerando, deshidratándose, volviéndose menos elástico y más frágil. En
estos casos no es necesario realizar deporte si no que aparecen a partir de
traumatismos pequeños como puede ser levantarse cuando se está de cunclillas,
son las roturas degenerativas.
La lesión puede aparecer a partir de un traumatismo agudo,
es decir, de un golpe causal o deportivo o por repetición sobre un menisco ya
afectado por una degeneración.
Existen distintos factores que favorecen a la ruptura del
menisco, estos son:
- Insuficiencia muscular
- Laxitud ligamentosa
- Actividades laborales o deportivas que exigen posiciones forzadas
- Varo o valgo de las piernas
Tipos de rotura
Dependiendo de la zona de rotura habrá un mejor pronóstico a
causa de la vascularización. Si la lesión aparece en la zona periférica del
menisco, este puede curarse y dependiendo del trazo, supurarse, ya que tiene
vascularización. En cambio, en la zona más avascular no hay posibilidad de
curación y en ocasiones la solución es la resección parcial del menisco.
Tratamiento
Siempre dependerá de la persona y la naturaleza de la
lesión.
- Cuando es pinzamiento o irritación del borde del menisco puede aparecer una inflamación que se resuelve con reposo, sin operaciones y en pocas semanas.
- Las lesiones periféricas pueden dar origen a un quiste (más frecuente en el lado externo), en estos casos a veces requiere de cirugía.
- Si la lesión es de una persona joven y deportista en algunos casos, como bloqueos, limitación de movimiento entre otros, está indicada la cirugía.
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